Hay negocios que por su tipo de oferta venden mucho más unas temporadas que otras. Sin embargo es importante mantener siempre un mínimo de ventas.
La mayor parte de las empresas tienen temporadas altas y bajas. En algunos casos hay momentos en los que determinados negocios venden mucho, son los llamados negocios estacionales. Algunos de ellos son muy demandados por el público. Por ejemplo, los helados, que se consumen principalmente en verano, los turrones en invierno o las castañas en otoño e invierno.
Lo complicado de estos negocios es sacarles rentabilidad más allá de su temporada fuerte. Hay casos de negocios que se han expandido al exterior como las escuelas de esquí que organizan viajes a otras partes del mundo o campamentos infantiles durante épocas de verano.
Otros negocios han diversificado su clientela como el caso de los hoteles que en épocas menos turísticas se dirigen a empresas para organizar congresos u otro tipo de eventos. Más ejemplos son las heladerías que deciden vender turrones en invierno. Muchas veces, estas acciones no suponen un alto porcentaje de la facturación total pero permiten que los productos o servicios sigan funcionando.
Los negocios estacionales pueden tener relación con algunas de las fechas más significativas del calendario, como Navidad, Día de la Madre, Día de San Valentín, Día del Padre o Día de los Niños. Otras fechas como Pascua o el Black Friday también son relevantes en la actividad comercial.
Las ventajas de los negocios estacionales
Los negocios estacionales tienen oportunidades y amenazas. Comenzaremos por las ventajas como por ejemplo el reciclaje permanente. Contar con sólo unos meses de intensa actividad hace que el resto del año se pueda llevar a cabo un reciclaje profesional, bien probando nuevos productos a ofertar, formando al personal en actividades nuevas o tal vez integrando en el negocio nuevas tecnologías sin miedo a que un error tenga consecuencias negativas en el desarrollo de la actividad.
Este tipo de actividades requieren de una planificación muy organizada de los picos de trabajo y los meses de descanso, ya que la gestión de la empresa en ambas épocas cambia radicalmente en cuanto a gastos, personal, clientela o carga laboral. Disponer de mucho tiempo para realizar la planificación es una gran ventaja, ya que permite prever con antelación muchos de los imprevistos que se pueden ir dando.
Épocas más “tranquilas”. Aunque se siga trabajando, bien en negocios complementarios o bien en la preparación de la temporada alta, hay unos cuantos meses más relajados que compensan el trasiego de los meses de mayor actividad.
Cambios de clientela. Los clientes de una empresa en su principal actividad pueden variar radicalmente con respecto a los de la actividad complementaria. Esto obliga a un trabajo de adecuación de las estrategias de venta de los perfiles del consumidor, y también proporciona una base de datos más amplia, que a la larga puede derivar en un aumento de clientela entre negocios, al aprovechar el conocimiento que se tiene de esos otros compradores para ofrecerles productos adaptados a sus necesidades.
Maximización de recursos. La estacionalidad permite emprender dos negocios variados con recursos comunes: local, personal, utensilios, proveedores. Si las actividades no cambian demasiado, es más fácil poder aprovechar los recursos y conseguir ahorrar.
Dificultades de los negocios estacionales
Existen diferentes aspectos que hacen que un negocio estacional pueda tener dificultades. Uno de ellos es la meteorología. Si montas un negocio de esquí y no nieva, tienes que trabajar también con otras líneas de negocio para compensar la ausencia de actividad en tu negocio principal. Algo parecido ocurre con la venta de helados, si no hace calor, cae considerablemente. Hay múltiples ejemplos en este sentido.
Normalmente lo que suele ocurrir es que en unos meses se concentre la actividad principal del negocio, lo que provoca un sobreesfuerzo del personal, que no tiene apenas días de descanso y que puede acumular unos hábitos de trabajo poco saludables.
La competencia suele ser grande y no siempre lo suficientemente cualificada. Proliferan algunas actividades que saturan el mercado.
Por otro lado, la mayoría de los gastos son permanentes. Se realizan una serie de desembolsos constantes los 12 meses, aun cuando los ingresos varíen. Conviene ahorrar en épocas de máximos ingresos.
En cuanto a la preparación continua del personal, hay que reflejar que debe aprender a vender distintos productos y servicios. En ocasiones, si no se puede reciclar a los empleados hay que buscar nuevos profesionales cualificados. Lo que es interesante es mantener a los empleados en épocas de baja intensidad del negocio para que se pueda contar con ellos en las épocas de mayor intensidad.
Regalos y cestas
Un ejemplo de un negocio estacional es www.regalosycestas.es, página web creada por Gureak Marketing y Promociones Haizea que si bien vende productos en cualquier época del año está principalmente enfocada a la Navidad como temporada alta de su negocio. De hecho son los regalos y cestas de Navidad para empresas el principal reclamo de esta página web.
En este caso hay que hacer un trabajo de posicionamiento web específico. Si se invierte dinero en el posicionamiento SEM, hay que considerar cuáles son las épocas en las que interesa fortalecer la inversión. En este caso, los meses anteriores a Navidad serían los de mayor intensidad. Es en esos meses en los que hay que focalizar los recursos.
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